Si bien es sabido que los géneros puros no existen y que casi todas las obras tienen un carácter híbrido derivado de la mezcla de varios de ellos. Un género cinematográfico es el resultado de la normalización de historias y de puestas en escenas heredadas del Sistema de Estudios.
Así, el género negro del cine, herencia de la novela negra (detectivesca y policíaca), se caracteriza por una repetición de formas y de historias que en la actualidad se hibridan con la temática gansteril, la policíaca e incluso el género llamado de “intriga psicológica”.
Si hablamos del género negro más clásico (Hollywood, años 50) podemos sacar algunas características comunes:
- El tema de la película: es resolver un misterio, un crimen, un asesinato.
- Personajes: la trama suele estar estructurada en base a un triangulo entre el detective privado o policía, el malhechor y la chica o femme fatale. En este triangulo suele estar presente el componente amoroso o de atracción entre la mujer (“fatal”) y los otros dos personajes-tipo.
Es muy habitual que la policía tenga relaciones con la mafia o el lado del crimen. La chica suele ser la persona que induce al crimen, el detective privado suele tener un oscuro y/o traumático pasado y el delincuente suele mostrar algunas veces un lado bondadoso o ingenuo.
- Puesta en escena e iluminación: decorados y localizaciones de todo tipo que pasarán por mansiones de lujo hasta callejones oscuros y solitarios. La iluminación típica en claroscuro para mantener información oculta e iluminación puntual de los ojos para dar más dramatismo a las escenas de confesiones o falsas confidencias.
Algunas películas con fuertes componentes de este género son:
- “Sangre Fácil”, (1984) de los Hermanos Cohen: visualmente muy cuidada, es una gran muestra de cómo ocultar información al espectador.
- “El Crack” (1982) de J.L. Garci. El detective privado representa el estereotipo de hombre solitario, con misterioso pasado que sufre personalmente los efectos negativos de sus investigaciones. Es de destacar la interpretación de Alfredo Landa que hace muy verosímil ese personaje desengañado o un poco desangelado por su vida. Además es un documento muy interesante de los elementos cotidianos de España a principios de los 80.
- “La caja 507 “ de Miguel Urbizu su, en la que podemos ver la figura del policía corrupto, la victima inocente y un entramado mafioso y rocambolesco del que el autor del film declara haberse inspirado en famoso y reciente caso real de la costa del sol.
- “Una historia de violencia” de David Kronemberg, en la que la apacible vida del protagonista es interrumpida por los “fantasmas” del pasado criminal del protagonista que vienen a pedirle cuentas cuando este ya había conseguido construir una segunda nueva vida.
- Véase también de Truffaut: “La mujer de al lado” (1981), “La novia vestía de negro” (1967), “La piel suave” (1964) y “Tirad sobre el pianista” (1960). Todas ellas mantienen la intriga con elementos narrativos propios del género negro llevados al personalísimo universo de este autor.
La utilidad práctica de la herencia del sistema de géneros cinematográficos es absoluta. Con esto, no me refiero a los géneros en un sentido puro pero si en forma de híbrido o mezcla de muchos elementos estéticos y narrativos en una sola obra.
Así, no podemos olvidar esta fuerte influencia del sector económico de la industria del cine. Si establecemos como uno de los principales objetivos el éxito económico en salas, esto no marcará en muchas ocasiones el tipo de historia y por supuesto el tipo de discurso adaptado al modelo actual de blockbuster en detrimento de otros componentes de originalidad y calidad artística del cine.
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